viernes, 5 de octubre de 2012

Tirititeando, y no tengo frío.


Tirititeando.


La vida con una sonrisa en la cara no es fácil de llevar,
 a veces tienes un pedazo de alma roto
 y antes de salir a escena
 tienes que pegarlo rápidamente con papel mache
 y dibujar una sonrisa en los ojos
 con pintura fluorescente
 para que todo el mundo
 la vea desde muy lejos
y sienta tu poder.


Hay personas que deciden contar cosas muy serias, con alegría,  es una sabia decisión...y más en estos tiempos.

Julia






Mi familia tiene mucha suerte, por suerte en muchas cosas, y una de ellas es que somos amigos de Julia Titeres, que es como nosotros la llamamos.






Julia Gimaré es un artista, pero no de boquilla como otros muchos, sino de los de verdad. De los que dedican su vida a su don y lo elevan, y lo hacen suyo y hasta lo consiguen hacer tuyo, después de muchos días de pensar, hablando solos en voz alta, creando movimientos frente a espejos llenos de historias, tonos de voces apropiadas para cada personaje, diálogos aparentemente indescifrables, pero llenos de mensajes escondidos....







Este fue su maestro, solo hay que verlo para darse cuenta de tantas cosas...que importante es rodearte de gente profesional para conseguir un sueño, alguien que crea en lo que haga y confíe en ti....Julia cuando me enseñó la foto comentó, "a que el también parece un títere??" y es verdad no hay lugar a dudas, parece el papa títere con sus cachorros.




                            




Pero Julia no se da cuenta de que yo la miro, y pienso..." tu también pareces un títere, un delicado títere sonriente y feliz de estar con nosotras, de sentir como lo miramos todo con caras de asombro y maravillosa admiración.









Descubrimos una caja llena de tesoros, maravillas atrapadas en el tiempo, preparados siempre para descubrirnos mundos imaginados. Al abrirla sentimos un cosquilleo que se extiende a nuestras pupilas y florece y atrapa a nuestras bocas con unas sonrisas llenas de felicidad.









Quien pinto esta cara tan preciosa, esa sonrisa que bajo su simplicidad la hace tan grande, tan tierna, tan especialmente destinada a dulcificar la vida como el mejor terrón de azúcar.








Comprado en un anticuario hace ya un montón te anticuarios años, llegó a las manos de Julia, hay que saber elegir un buen caballero para los viajes, ella dice que no sabe elegir a los hombres bien, pero yo creo que si, sino no hubiera elegido esta delicia.


Las marionetas
 no siempre son cosas de niños,
 a veces nos hacen llorar,
 sentir
 e incluso a veces,
 nos hacen pensar.







Esta pequeñita novia blanda, descolorida y llena de encaje, con una carita de susto que no puede con ella, tan delicada por dentro como por fuera.







Leonor

El taller con sus materiales, todos colocados, todos usados hasta el últimos suspiro y resucitados de nuevo para seguir trabajando...






esteran impacientes que les usen, esperando con movimientos interiores de nerviosismo reflejados en sus pelos, es sus alambres, en su tinta...








Las manos empiezan a crear, llenas de inspiración que se respira en cada ladrillo del taller.








Leonor también tiene un don
un don muy grande,
ella a veces se da cuenta de el,
le asusta un poco, 
pero cuando vaya creciendo
descubrirá su poder,
conseguirá elevarse 
por encima 
de todos nosotros, 
y emprender su vuelo 
en libertad. 








3 comentarios:

  1. Me maravilla cómo sabes rodearte de personas tan entrañables y que infancia le estas proporcionando a tus hijos. Que bonitas palabras sobre Julia y sobre todo sobre Leonor, ambas tienen un don, sin duda, pero el de Leonor es heredado. Es un lujo leerte. Un beso muy grande.

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    1. muchas gracias Eva, tu también eres una de esas personas maravillosas de las que me rodeo. Un beso muy fuerte

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  2. Mmmm.... que delicia!!!! Daría algo por entrar a hurtadillas en ese taller...

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